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Un importante puerto deportivo
El actual Puerto Rico nació en un pequeño puerto pesquero allá por los 60. Esta franja costera entre el barranco de Veneguera y Arguineguín está protegida por las montañas cercanas y a resguardo de los vientos. Con pocas lluvias, mar en calma y temperaturas constantes Puerto rico lo tenía todo para convertirse en un centro vacacional de primer orden. Cuenta con dos playas artificiales, la de Puerto Rico, que está en una bahía sin oleaje, familiar y apta para el baño seguro, y a un kilómetro se encuentra la de Amadores, una franja de arena blanca a salvo de las corrientes oceánicas distinguida con Bandera Azul por la calidad de sus aguas. Puerto Rico está hoy volcada al turismo, la principal fuente de ingresos. Su perfil urbanístico y arquitectónico, sin embargo, no sigue el trazado de otras áreas cercanas con mayor masificación. Aunque bien dotada servicios, centros comerciales y lugares para el ocio, en el horizonte de Puerto Rico no se ven altas torres de apartamentos, sino más bien de alojamientos “colgados” de las laderas de los valles. En la playa de Amadores, además, se han creado zonas ajardinadas y hay planificado un ambicioso proyecto urbanístico con lujosas urbanizaciones rodeadas por lagos artificiales y zonas verdes.
Pesca de altura
Puerto Rico y Puerto Mogán son dos importantes puntos de la costa donde encontrar atraque y servicios portuarios, así como en los cercanos Pasito Blanco, Anfi del Mar o Arguineguín. Sus puertos tienen gran cabida y movimiento de embarcaciones de recreo y yates de lujo. La zona cuenta con una veterana Escuela de Vela, donde se han forjado importantes medallistas olímpicos. Desde Mogán parten muchos barcos para practicar una de las actividades más populares y arraigadas en la zona, la pesca de altura. El Campeonato de Pesca de Altura de Puerto Rico es el más antiguo de las islas, un evento que promueve la realización de este deporte de forma responsable y en régimen de Captura y Suelta de la pieza: marlín, tiburón y túnidos, entre otros peces. Es también el primero en disponer del reconocimiento de la IGFA (International Game Fishing Asotiation), suponiendo un certamen de interés internacional que reúne a aficionados locales y extranjeros y que ha dado a Puerto Rico y Puerto de Mogán 87 récords del mundo.
Avistamiento de cetáceos
De las 87 especies de cetáceos que existen en el mundo, 29 están en Canarias. La Red Natura 2000 también lo considera como un lugar de gran valor ecológico en Europa. Esta costa sur de Gran Canaria es uno de los paraísos preferidos de los más inteligentes, divertidos y sociables mamíferos marinos: los delfines.. Aquí se concentran delfines comunes, listados y moteados... Verlos surcando las aguas limpias y refrescadas por los vientos alisios es bastante fácil, porque en este hábitat encuentran todo lo necesario para vivir, reproducirse y relacionarse... Y es que los “toninas”, como se les llama en las islas, gustan de compañía, por lo que el avistamiento de grupos de varios ejemplares junto a las embarcaciones, con sus aletas asomándose sobre el agua, es una de las experiencias más bonitas y emocionantes. Desde el mismo Puerto Rico hay salidas diarias para encontrarse con los cetáceos. Varias empresas locales organizan estos trayectos y guías expertos explican y dan a conocer los hábitos de los delfines, a los que -si hay suerte- se pueden contemplar con su cría. Un espectáculo fascinante el de la naturaleza en estado puro.
El municipio de Mogán
Entre barrancos y macizos montañosos, el municipio de Mogán ofrece un gran interés paisajístico. Su costa cuenta con una sucesión de playas, en torno a las cuales se han configurado las urbanizaciones turísticas de Arguineguín-Patalavaca, Anfi del Mar, Puerto Rico – Amadores, Tauro – Playa del Cura, Taurito y Puerto de Mogán. Esta última, con su puerto -conocido como la pequeña Venecia- y su pintoresco pueblo, es una de las más interesantes. Lo más destacable de la localidad es la iglesia de San Antonio, levantada en 1814, que cuenta con un bello artesonado de madera labrada. En cuanto al entorno natural, Mogán está surcado de barrancos y se asienta en el de Veneguera, en la base de la multicolor formación rocosa de Los Azulejos. Al suroeste queda limitado por un macizo con tabaibales y otras variedades endémicas. En la zona alta se extiende un gran pinar en lo que se conoce como el Parque Natural de Ojeda, Inagua y Pajonales. Y más allá, los cercanos barrancos de Toscas, Puerto Rico, Tauro y Taurito. Aunque las lluvias son escasas, se pueden ver en estas zonas riachuelos y algunas cascadas de agua. Para recoger el preciado elemento, se construyó la Presa de Soria, la mayor de la isla, cuyo aspecto es el de un lago verde abrazado por un palmeral. Se llega a ella desde la carretera de Arguineguín.
La isla, Reserva de la Biosfera
Aunque es una de las pocas islas del archipiélago que no cuenta con ningún Parque Nacional, Gran Canaria Canaria ofrece una biodiversidad y riqueza que le ha valido ser declarada por la Unesco Reserva de la Biosfera. La isla es un compendio de plantas y flores que crecieron de forma independiente al resto del planeta, con el sello propio de la región de la Macaronesia. A esta variedad de paisajes y de “rarezas” botánicas se suma una singular configuración geomorfológica -una inmensa caldera de hundimiento-. La Caldera de Tejeda, en el centro de la isla, “funciona” como una red de drenaje de aguas pluviales que recorren los barrancos hasta llegar al mar. La mayor altura de Gran Canaria es el Pico de Las Nieves, a 1.949 metros. La unión de todo ello ha dado lugar a una variedad paisajística favorecida por microclimas muy diversos. El entorno natural más intacto, en la zona suroeste, está poblado por bosques de pino canario, una variedad única en el mundo. Desde el mar hasta los 300 metros de altitud los hábitat son áridos, mientras que los fondos de los barrancos y los valles están cubiertos de palmerales, taharales y sauzales. En la costa: deltas sumergidos, coladas volcánicas submarinas, grandes acantilados...
A dos pasos, las dunas de Maspalomas
Maspalomas bien merece una visita. La zona ha sido sobrexplotada desde el punto de vista turístico, pero a pesar de este hecho, ofrece una belleza sin lugar a dudas. Su más antiguo "habitante" fue su famoso faro de 55 metros de altura, levantado en 1861. La única construcción al final de su kilométrica y magnífica playa que comienza en lo que es Playa del Inglés y acaba cerca del oasis de Maspalomas. Está protegida por la Reserva Natural de las Dunas, un tesoro natural constituido por tres ecosistemas: el Palmeral, la Charca y las Dunas. La larga playa tiene distintos sectores, uno de ellos está reservado para el nudismo y otro es el preferido de los surferos.Uno de los deportes favoritos de los visitantes es recorrerla de una punta a otra.
Fiesta a bordo
Con el Atlántico como horizonte, viento en popa a toda vela... Desde Puerto Rico, Puerto Mogán o cualquiera de los de las localidades vecinas salen excursiones de uno o de varios días para iniciarse en el arte de la navegación o, simplemente, para disfrutar de una travesía alrededor de la isla. A bordo de un velero, un catamarán, una moto acuática incluso. Muchas de las empresas ofertan además comidas marineras (con pesca incluida) y fiestas temáticas bajo la luz de la luna: romanticismo y diversión están asegurados.
Bucear entre barcos sumergidos
Si las playas son una auténtica maravilla en esta zona de Gran Canaria, los fondos marinos no desmerecen en absoluto, siendo una de las actividades más excitantes la práctica del submarinismo. A la belleza natural de los arrecifes y de la fauna marina, se suman la de los barcos sumergidos, que harán las delicias de los buzos aficionados. A cinco minutos de navegación desde Mogán se encuentra hundido el Cermona II, un pecio hundido en 2002. Su exploración es toda una aventura. Adentrarse en el navío y llegar hasta el puente de mando, las bodegas, la sala de máquinas... Está cubierto por algas y entre sus oxidados compartimentos viven infinidad de crustáceos, moluscos, sargos, morenas, meros...
Capital, Las Palmas
Al norte de la isla se halla la capital. Las Palmas es una ciudad que no ha perdido su espíritu marinero y conserva su sabor tradicional: basta con recorrer su paseo marítimo flanqueado por la playa de Las Canteras para comprobarlo. Merece la pena llegar a sus barrios históricos, comenzando el recorrido por la Plaza de Santa Ana. Aquí están las Casas Consistoriales, el Palacio Episcopal, la Casa Regental y la Catedral. También se puede visitar la Casa-Museo de Colón. Los barrios de Triana y de Vegueta deben incluirse en un recorrido que temina en el Parque de San Telmo.
Redactor :
Anne Chabot
