Visitas destacadas
Ciudad para el relax y la diversión
Ciudad pintoresca y encantadora, Garda conserva restos arquitectónicos que recuerdan su próspero pasado y sus relaciones con la República de Venecia. Los mejores ejemplos son la Villa Albertini y el Palacio del Capitán de la Serenissima, de precioso estilo veneciano. Si se sigue el camino de la ermita de Camaldolesi, se puede ver el santuario de la Rocca dei Frati (la Roca de los Frailes), uno de los símbolos de Garda. Y tomando el paseo frente al lago se disfrutará de uno de los más famosos mercados al aire libre, celebrado todos los viernes. Garda, además, tiene playa. No es de arena fina, sino de guijarros blancos, pero resulta muy agradable tomar el sol después de un estimulante baño.
Si de día la ciudad ofrece muchos alicientes, por la noche también es muy animada. En verano los bares, discotecas, restaurantes ofrecen todo tipo de servicios. Aunque el verdadero lujo es una caminata junto al lago iluminado por las luces de neón y con música en directo: la que ponen los espontáneos callejeros y las bandas de que en verano amenizan las calles y las plazas.
El lago más grande de Italia
De origen glaciar, el lago Garda es el más grande de Italia y se encuentra a los pies de Los Alpes. Tiene un profundo color azul celeste que contrasta con el verde de los bosques y la vegetación de las montañas. Acoge a tres regiones italianas: Lombardía, Veneto y Trentino. La zona más ancha mide 17,2 km y el perímetro es de 160 km, por lo que recorrerlo en un solo día es posible pero desaconsejable. Lo mejor es tomar la carretera que lo bordea y conocer a paso lento sus encantadores pueblos, o tomar el ferry, que conecta las ciudades más importantes. Las localidades de sur del lago son más turísticas y las de la costa este más animadas que las de la oeste. Las del norte ofrecen un paisaje abrupto con picos que se elevan al pie del agua y con un ambiente turístico más tranquilo. Además, en el lago está permitido bañarse, y casi todos los pueblos tienen su propia playa. Se trata de pequeñas calitas, la mayoría de guijarros pero algunas de arena, con el verde de la naturaleza de fondo y por lo general con buenos servicios. ¡Una auténtica gozada!
Camino hacia el sur
Descenciendo por la carretera hacia el sur del lago, el pueblo más cercano a Garda es Bardolino. Una de sus más arraigadas tradiciones es la elaboración de vino. En los meses finales del verano se celebra una una fiesta muy popular dedicada a esta bebida. En Cisano di Bardolino, muy cerca del anterior, se puede visitar el Museo del Aceite y el Museo Sisan (www.sisan.it/museumlakegarda), dedicado a la historia y la cultura de los pueblos que rodean el lago. Otros puntos de interés en este viaje al sur son Pesquera del Garda y Desenzano del Garda. Lazize tiene una muralla del siglo XIV y un castillo, aunque solo se puede visitar desde fuera. En el pasado fue el puerto aduanero que controlaba la circulación de mercancias en el lago. Hoy es uno de los pueblos más conocidos porque muy cerca hay varios parques temáticos con atracciones acuáticas.
Por último, la ciudad más visitada de esta zona: Sirmione. Situada en un lugar privilegiado, en la punta de un estrecho brazo de tierra que se adentra en el lago, es un pueblo medieval al que se accede por un puente levadizo a través de las murallas. Su castillo con foso -Rocca Scaligera- es visita obligada, así como un paseo por su casco histórico, de calles estrechas y empedradas, y su villa romana Catullo, del siglo I DC.
Los pueblos del norte y del oeste
Desde Garda hacia el norte nos encontramos con Malcesine, al pie del monte Baldo. Merece la pena adentrarse por sus callejuelas y recalar en su delicioso puerto. Torbole es un punto muy turístico pero sin la aglomeración de las localidades del sur. Sus casas de colores y la montaña como telón de fondo hacen de este un lugar idílico donde pasar unos días. Junto a este pueblo está Riva del Garda, el segundo pueblo mayor del lago y ya muy cercano a la frontera con Suiza. Es un punto de concentración para los amantes del surf y la vela. Además posee una de las mejores playas de arena. Muy cerca se encuentra la cascada de Varone, y Dro, una zona rocosa que merece una visita. Una vez bordeado el lago por el norte, comienza el descenso por la costa oeste. En ella, los pueblos más reseñables son Limone sul Garda, justo al pie de una escarpada montaña, y Saló. En el último no hay que dejar de recorrer su paseo marítimo: el es más largo del lago y está construido sobre pilotes, como si de una Venecia en miniatura se tratase.
La Punta San Virgilio
Es uno de los lugares más hermosos del largo y se encuentra muy cerca de la localidad de Garda. La Punta San Virgilio es la península que hace de límite natural entre el lago bajo y el alto del Garda. Se trata de un pequeño promontorio donde se concentran una pequeña villa, una taberna, la iglesia y un acantilado con vistas al puertecito. Sin embargo, la joya más preciada del lugar es el emblemático Locanda San Virgilio, un bellísimo edificio que desde el siglo XVII funciona como establecimiento hotelero. Su especial ubicación ha servido de refugio a numerosas personalidades de todas las épocas. Se llega a él por un precioso camino flanqueado por cipreses y olivos y se halla rodeado de un impresionante paisaje con acceso a la Bahia delle Sirene (Bahía de las Sirenas), en cuyo interior se encuentra el Parco della Baia della Sirene. Esta puede ser una parada ideal para pasar unos días de descanso, nadando en su playa (a la que se accede previo pago) o practicando buceo. Para alojarse en el hotel se precisa, además, tener una cuenta bancaria saneada.
Verona, a menos de una hora
Desde Garda se puede llegar a este pequeña y preciosa ciudad del Veneto: Verona es famosa por ser la cuna de Romeo y Julieta, del pintor Veronés y por su famosísima Arena, el mayor anfiteatro romano después del Coliseo. La Piazza delle Erbe, la más conocida de la ciudad, alberga un colorido mercado por las mañanas. También aquí se alza la Torre dei Lamberti, con 84 metros de altura. Pero lo que más curiosidad levanta entre propios y ajenos es el balcón de Julieta, que aunque añadido en 1928, está situado en el palacio de los Capulleto, un edificio del siglo XIII.
Deportes acuáticos
La natación o el buceo no son los únicos deportes acuáticos que se pueden practicar en las aguas tranquilas del Garda. El lago es un lugar magnífico para jugar con el viento sobre una tabla de surf, o recalar en los pequeños puertos de los pueblos que lo bordean en un barco de vela. En el triángulo que forman Torbole, Malcesine y Limone sul Garda sopla una brisa suave que hace de esta zona una de las preferidas por el turismo joven. Por algo se ha convertido en uno de los centros europeos más importantes para la práctica de estas actividades.
Y también senderismo, escalada, golf, ciclismo...
Para conocer los encantos de esta zona no hay mejor transporte que la bicicleta: el lago Garda es un auténtico paraíso formado por caminos pavimentados, carriles y senderos que serpentean por las laderas de las montañas o atraviesan bosques y viñedos. Cualquier deporte al aire libre se disfruta doblemente en un entorno como este. Jugar al golf rodeado de cipreses, olivares o robledales centenarios. Caminar entre montañas y valles, escalar por paredes verticales, seguir el curso de ríos y arroyos... ¡No hay mejor invitación a mover el cuerpo y oxigenar la mente que este bellísimo paisaje!
Diversión para los más pequeños
En la orilla sureste del lago, entre Lazise y Peschiera, hay varios parques temáticos que ofrecen atracciones, especialmente acuáticas, para públicos de cualquier edad. En estos centros de ocio se puede pasar un día muy agradable con la familia y dejar que los más pequeños disfruten con las distintas propuestas.
Gardeland es el mayor parque del lago y de toda Italia. También está el parque Movie Studios Park (Caneva World) y el Aqua Paradise Park. Abiertos casi todo el año, es muy fácil llegar allí, ya que existe un servicio de autobuses gratuitos desde las principales ciudades.
Redactor :
Marion Rouillot
