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El Palacio del Parlamento, un monumento a la locura
A principios de los años 80, Ceauşescu arrasó casi una quinta parte de la capital rumana hasta los cimientos, destruyendo 30.000 hogares para hacer espacio para el colosal Palacio del Parlamento, junto con hileras de bloques de apartamentos homogeneizados de alta densidad, construidos con materiales baratos y que ahora empiezan a desmoronarse. Este acto profano horrorizó tanto al pueblo rumano que le valió el mote de “Ceauşima”: el Hiroshima de Ceauşescu. El Palacio del Parlamento que construyó donde había edificios históricos sigue siendo la mayor construcción civil, el edificio administrativo más caro y el más pesado del mundo. Es un monumento a los asquerosos excesos de un régimen brutal, con un millón de metros cúbicos de mármol transilvano, 3.500 toneladas de cristal para lámparas de araña, y vestiduras ornamentales adornadas con plata y oro. Sin embargo, la revolución interrumpió los planes de Ceauşescu, y ahora el palacio permanece inacabado. Los visitantes pueden recorrer el edificio, que alberga una variedad de organizaciones políticas, salas de conferencias, negocios y ONGs, pero sigue siendo un recordatorio de una mala época para muchos ciudadanos.
Dirección Calle B-dul Naţiunile Unite.
Página web: www.cdep.ro.
Llame al +40 21 414 1426 para reservar visita.
Entrada: 25 lei (adultos)/13 lei (niños).
Horario de apertura: 10:00 – 16:00.
La Plaza de la Revolución, donde un dictador se alzó y cayó
La Plaza de la Revolución en la Avenida de la Victoria es el epicentro de la historia rumana del siglo XX, ya que es donde la carrera de Ceauşescu llegó a la cumbre y donde acabó. Su discurso de 1968 clamando por la independencia del mandato soviético marcó la cúspide de su popularidad, incitando al pueblo a tomar las armas y luchar por la independencia. Pero 31 años después las tornas habían cambiado: su discurso final fue una rígida imitación de su antigua gloria, y la multitud oprimida y enfadada vio su debilidad y comenzó a volverse violenta. Él y su mujer escaparon en helicóptero, pero era demasiado tarde. La revolución había comenzado, y sólo tres días después fue ejecutado por un pelotón de fusilamiento. Hoy en día la plaza está dominada por el Monumento del Renacimiento, una corona de alambres ensartada por un obelisco de mármol conocida astutamente como la “patata de la revolución”. El Museo Nacional de Arte, el Ateneo y la Biblioteca de la Universidad de Bucarest son sólo algunos de los edificios históricos que rodean la plaza. Acérquese y verá que algunos todavía están picados por agujeros de balas. Dirección: Calea Victoriei.
La Ciudad Antigua de Bucarest, rebosante de historia
También conocida como Lipscani tras la calle principal de la zona, la Ciudad Antigua de Bucarest es una encantadora mezcla de historia, tradiciones locales y vida cultural moderna. Abandonada durante la pobreza y los excesos del régimen de Ceauşescu, unas renovaciones importantes han revitalizado gran parte de esta bella zona histórica, y ahora es un lugar romántico y extravagante donde pasar el rato. En el siglo XVI, la Ciudad Antigua era el distrito de los artesanos y mercaderes, y las calles siguen llevando el nombre de varios comercios y gremios. Los terremotos e incendios destruyeron la mayoría de estos edificios, y por tanto ya no quedan muchos anteriores al siglo XIX. Los lugares de interés incluyen los escasos restos de la Corte Vieja, donde los príncipes valacos reinaron durante 400 años, así como la Posada de Manuc, la última taberna caravasar de Europa. También puede ver la “Loba”, una estatua que conmemora la fundación de Roma y muestra a Rómulo y Remo con su protectora loba. Fue un regalo de Roma en 1906, en reconocimiento de las raíces latinas de Rumanía. O simplemente disfrute de los cafés en las aceras y las compras.
El Ateneo rumano, una joya de sala de conciertos
Esta maravillosa sala de conciertos en el centro de Bucarest es un símbolo de la rica cultura rumana. Construida hace 120 años, el bello edificio neoclásico ha sido reconocido como un lugar de Patrimonio Europeo. La construcción inicial fue financiada en parte con donaciones públicas, y el lugar fue renovado en los años 90 con un coste de 9 millones de euros, ahora vuelve a albergar actuaciones, conciertos y óperas. Deambule más allá de la estatua del poeta rumano Mihai Eminescu en el pequeño parque exterior y admire las blancas columnas del edificio. Dentro se encuentra un auditorio y una sala de conferencias, elegantemente decorada con mármol rosa, hojas doradas y un mural extraordinario. Pintado por Costin Petrescu utilizando la técnica del fresco, el mural mide 75 metros y rodea la sala de conciertos, mostrando escenas de la historia rumana desde la conquista de Dacia por el emperador romano Trajano hasta la creación en 1918 de la Gran Rumanía. Los acontecimientos de música clásica celebrados aquí son de clase mundial, con una acústica imponente, y las entradas son muy codiciadas, así que compre una si puede.
Dirección: Calle Franklin 1-3.
Teléfono +40 21 315 0024 para acordar una visita, o visite la página web (http://fge.org.ro/en/tickets.html) para comprar entradas de conciertos.
Museo del Campesino Rumano
Albergado en una fantástica sala de viejos ladrillos rojos en Soseaua Kiseleff, es uno de los museos más interesantes de Bucarest, el Museo del Campesino Rumano. Poco convencional y colorida, la colección incluye todo tipo de parafernalia campesina, desde ropa, iconos religiosos y herramientas hasta obras de arte y fotografías. La exhibición comunista de la planta baja es de particular interés, examinando cómo la política colectivista de Ceauşescu lisió a los pobres rurales y casi destruyó completamente un antiguo modo de vida. Contiene algunas de las exhibiciones de propaganda mostradas en el museo bajo Ceauşescu, que ahora parecen profundamente irónicas. También hay una casa campesina completa dispuesta de forma convincentemente naturalista. No hay muchas indicaciones en inglés, pero hay disponibles audioguías y algunos divertidos talleres interactivos para niños. Los fines de semana se celebran ferias de oficios tradicionales en el patio, y también hay un pequeño cine independiente y un gran café en el lugar.
Dirección: 3 Soseaua Kiseleff.
Página web: http://www.muzeultaranuluiroman.ro/home.html.
Entrada: adultos 8 lei/niños 2 lei.
Horario de apertura: 10:00 – 18:00 Mar-Jue.
Arquitectura Brâncovenesc en el Palacio Mogoșoaia
Descubra más sobre la arquitectura Brâncovenesc que caracteriza a los edificios rumanos con este viaje al Palacio Mogoșoaia y el Museo Brâncovenesc, a sólo 15 km. de la capital. También conocido como el Renacimiento Rumano, este estilo evolucionó en los siglos XVII y XVIII y es una síntesis única de arquitectura bizantina, otomana, veneciana y barroca. El Palacio Mogoșoaia es uno de los ejemplos más famosos, rodeado de exquisitos jardines y que alberga un museo y una galería de arte. El autobús 460 le llevará allí desde Bucarest.
El atmosférico Monasterio de Snagov
Este imponente monasterio se encuentra en un islote en medio del Lago Snagov, un lugar de vacaciones preferido por los amigotes comunistas a sólo una hora de Bucarest. La zona ahora es un parque natural, con bosques ondulantes que rodean el lago cristalino. El monasterio se fundó en el siglo XVI y es uno de los supuestos lugares de entierro de Vlad el Empalador. Misterioso, pacífico y bello, la mejor forma de llegar es en coche. Tiene un precio de entrada de 15 lei y hay cargos adicionales para hacer fotografías.
El Castillo de Bran: territorio de Drácula
Posado sobre un afloramiento rocoso, nevado y con los Montes Cárpatos acechando por encima, el Castillo de Bran parece un decorado Disney. Comúnmente conocido como el “Castillo de Drácula”, es el único castillo de Rumanía que encaja en la descripción de Bram Stoker, aunque nunca lo visitó. No obstante, el Castillo de Bran es un destino excelente para los amantes de los vampiros o cualquiera interesado en separar al mítico Drácula chupasangres de su espantosa contrapartida histórica, Vlad el Empalador Planifique su visita utilizando la excelente página web en inglés: http://www.bran-castle.com.
Los chapiteles del Castillo de Peleş
En lo profundo del corazón de los Montes Cárpatos, en un camino medieval que une Transilvania y Valaquia, los chapiteles del Castillo de Peleş se alzan sobre el bosque. Construido con estilo neo-renacentista entre 1873 y 1914, el castillo fue una reserva de caza y un retiro de verano del rey Carlos I de Rumanía. Hoy los visitantes pueden recorrer el interior ornamentado y explorar los imponentes terrenos. El tren CRF desde Bucarest tarda unos 90 minutos hasta la ciudad más cercana, Sinaia.
Más información en la página web: http://visit.peles.ro.
Redactor :
Anne Chabot
